jueves, 11 de abril de 2013

CAPITULO 10.

Llegamos a la estación. El próximo tren salía a las 12. Nos quedaban 3 horas de espera.

"Starting to forget the way you look at me now. Over the mountains, across the sky.."
Sonó en mi iPhone.

-¿Quién es?
-Mi madre. - contesté a Ruth mientras lo cogía.
-Ann, ¿cómo estás? ¿ha ido todo bien? - dijo con la voz preocupada.
-Sí mama. Todo bien. Ahora no puedo hablar, después te llamo.

Y colgué el teléfono.

-Si que puedes hablar.
-Ya lo se Ruth, pero no tengo ganas de que empiece a preguntarme miles de cosas, y mucho menos de contarle todo.

No dijo nada más.
Había pasado una hora y cada una estaba a lo suyo, yo comiéndome la cabeza por todo lo que había pasado y ella leyendo "Just Getting Sarted", que también se lo firmó.

Paró en una página y me miró.

-¿Y qué se siente? - me preguntó de repente.
-¿Cómo que qué se siente? ¿Cuando?
-Que que se siente cuando estás al lado de Justin por 3 horas y se comporta como un amigo.
-No sé que se siente. Yo no me di cuenta de nada. No era capaz de reaccionar. - hice una pausa. - Ruth.
-Dime.
-¿Por qué me daría la bolsa?
-ZORRA, LA BOLSA. No me has contado que lleva dentro.
-Ah ¿no?
-No. - dijo negando con la cabeza.
-Juraría que si.
-Pues no, así que cuéntame.
-Bueno, es todo un merchandise, lo mejor es esto.
-¿El qué?
-Espera que lo saque, impaciente. - dije mientras buscaba en la bolsa. - Aquí esta. Esto es lo mejor.
-MI PUTA VIDA. DIOOOOOOOOOOOOOS ERES UNA ZORRA.
-Idiota.
-¿Te los dio él?
-Claro.
-JODER ANN. ¿No te das cuenta?
-¿De qué?
-De que quiere volver a verte.
-Son solo unas entradas para el concierto Ruth.
-NO, NO NO Y NO. No son solo unas entradas tía, es un M&G Ann, un puto M&G.
-Bueno, no creo que sea para tant..
-OH, si que lo es. - dijo interrumpiendome.

Miré al suelo y cogí mi iPhone. Ella siguió leyendo.

Eran las 12 menos 10 y teníamos que subir al bus, así que subimos y nos pusimos rumbo a casa.

-¿Te lo puedes creer?
-¿El qué? - le pregunte mientras acomodaba mi mochila en la parte superior de los asientos.
-Todo lo que te ha pasado hoy.
-Obviamente no.

Terminé de colocar las cosas y me senté.

Ruth no dijo ni una palabra más. Esta vez la que durmió todo el rato fue ella. Yo cada vez que lo intentaba empezaba pensar en todo lo que había ocurrido.

-Eh, eh. Despierta. ¡vamos! - le decía mientras la movía de un lado a otro.
-¿Qué pasa? ¿Que pasa? - dijo frotándose los ojos.
-Hemos llegado.

Dio un salto y salió de su asiento.
Cogimos todas las cosas y bajamos.

-Pues nada. Otra vez aquí. - añadí un suspiro.
-Menuda mierda.

Me volvió a adelantar con la maleta.

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