Pasaron todas las chicas que había. Eran las 7 de la tarde y Justin seguía con su mano sobre mi pierna.
Se fue la última.
-¿Estas mejor?
-Algo.. -tartamudeé mirando sus labios.
-Tranquila bebe.
-¿Puedo abrazarte?
-Esa pregunta debería hacértela yo. - respondió Justin mientras me abrazaba fuertemente.
Sentí unas manos sobre mis hombros. Y como Justin movía la cabeza de un lado a otro, como si negase algo.
-Dejadla. - susurró.
-Está bien. - escuché decir a dos hombres con voz grabe.
Supongo que serían los guardias que querían separarme de él.
Me separé y lo miré a los ojos mientras buscaba el disco sin apartar la mirada.
Le acerqué el disco.
-Claro que si. ¿Tu nombre?
-Ann. - respondí.
Me firmó el disco y me lo devolvió.
-¿Vas al concierto?
-¿Cómo? - nos quedamos solos.
-En marzo. Que si irás a alguno de los conciertos que daré.
-Bueno, no. - dije con los ojos llorosos.
-¿Qué no? - abrió sus hermosos ojos.
-Mi madre no me las compró.
-Oh bueno, no te preocupes. - sonrió.
-¿Te alegras?
-Bueno, en cierto modo sí. - dijo mientras se giraba buscando a Alfredo.
-Eh, tío, tráete eso que te dije antes.
-Lo de.. - dijo Fredo señalando una puerta cuando Justin le interrumpió. -Sí, eso.
Alfredo se fue y Justin no dijo nada más. Estábamos solos.
Joder. Aquello era mi sueño ¿no?
No podía mover los labios.
El me miraba fijamente a los ojos.
-Te amo Justin. - lo abracé.
-Lo sé preciosa.
-Esto me duele.
-¿El qué? - dijo mientras me cogía las dos manos.
-Esto.
Hubo un pequeño silencio.
-A ver Justin. Tu eres mi ídolo y yo soy tu belieber, pero ahí quedó la
cosa.
-Sí. - dijo en señal de que siguiera contándole.
-Bueno, lo que nosotras sentimos por ti, no es lo que tu sientes por nosotras. Nos quieres mucho, lo sabemos, pero, nosotras estamos enamoradas de ti Justin.
-Lo sé. - me interrumpió.
-¿Lo sabes?
-Sí. Soy un adolescente Ann. Al igual que todos yo sentí miradas, sentí que me dolía cuando no me correspondían y sentí cuando si me amaban. Noto el amor en vuestras miradas. Sé que muchas estáis enamoradas de mi, pero yo no puedo hacer nada.
-Todas soñamos con lo mismo. Tenerte.
-Me encantaría estar con alguna de vosotras, de verdad. Se que nadie me va a querer como vosotras me queréis. Así que mi pareja ideal sería una belieber.
-Eso nunca pasará Justin. - le dije llorando.
-Eh. Nunca digas nun.. - le interrumpió Alfredo que llegó con una bolsa.
-Aquí está Justin.
Le dio la bolsa y se fue.
-Toma, es para ti. - me dijo entregándomela.
Era como una bandolera con una foto suya enorme. Y dentro había un montón de cosas suyas.
Ví un sobre. Rápidamente lo cogí y Justin rió.
Frené.
-¿Qué pasa? ¿Qué es esto? - le pregunté nerviosa.
-Ábrelo.
-¿Sí?
-Claro, es tuyo. - sonrió.
Abrí aquel sobre como si la vida me fuese en ello. Aunque había algo que no entendía. ¿Y ese maletín? ¿Por qué me la dio?. Bueno, y, ¿Cómo le dijo a Alfredo que se la trajese y Alfredo sabía de lo que se trataba? ¿Ya la tenía preparada?
Terminé de abrir el sobre y saqué lo que había en su interior.
Empecé a llorar desconsolada.
-¿Te gusta?
-¿BROMEAS? - le miré con los ojos muy abiertos.
-Me gusta que te haga ilusión. - dijo entre sonrisas.
-¿Como ilusión? Es mi puta vida esto. Gracias mi vida.
-Wow. Mi vida. ¿que bien suena verdad?
-Demasiado bien. - sonreí. - ¿Puedo darte el último abrazo?
-Será un placer.
Lo abracé. Recuerdo que no podía soltarlo. Mis brazos me lo impedían.
Sentí como empezó a separarse de mi.
-No te vayas. - susurré.
-No me voy a ir. Voy a estar siempre a tu lado.
-No es lo mismo.
-Lo sé.
-¿Puedo pedirte la última cosa? - pregunté con un nudo en la garganta.
-No. Te la quiero pedir yo a ti. ¿Podemos hacernos una foto?
-Dios, era justo eso lo que iba a pedirt..
-Lo sé. - sonrió.
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