lunes, 8 de abril de 2013

CAPITULO 1.


Era 5 de enero de 2013, y al día siguiente llegarían los reyes. Estaba muy nerviosa. Solo quería una cosa, y si esa cosa no llegaba al día siguiente, me daría algo. Me llamo Ann. Tengo 17 años, y soy belieber, aunque a la gente no le guste, a mi me da igual. Hacía unas semanas que habían salido las entradas del tour de Justin aquí en España, y yo necesitaba ir. Así que le rogue a mi madre que me las comprara, aunque no lo hizo. La única posibilidad que me quedaba era que el día 6 estuvieran las entradas envueltas en un sobre escondidas por el salón.

Decidí irme a la cama para que mi madre preparara todo, por que aunque ella sabía que yo podía ayudarle y tal, le hacía ilusión preparar todo el salón asi que cogí mi iPod y los cascos y me dirigí a mi habitación.
Me eché en la cama y empecé a mirar los posters. Me daban unas ganas tremendas de llorar. “¿Y si mi madre no me había comprado las entradas? ¿Sería capaz de dejarme aquí?”. Esas dos preguntas me rondaban todo el rato por la cabeza.

Puse Believe y entré en twitter. Había cantidad de niñas en la misma situación que yo. Esperaban encontrarse al día siguiente los tickets hacia su sueños.

Me quedaría dormida sin darme cuenta, por que cuando me desperté la música seguía sonando y me había quedado a mitad de un tweet que decía: “La esperanza es lo último qu...”. Supongo que querría continuar con “e se pierde.” Pero bueno, me levanté de la cama de un salto y me dirigí al salón. Estaba lleno de regalos y en muchos ponía mi nombre.
Uno de ellos eran unas Vans negras. Eran geniales. También había una nikon, una sudadera morada, y lo típico, camisetas y tal. Pero el sobre no estaba. Esperé a que todos abrieran sus regalos por si se había quedado escondido o algo. Pero nada.
Solté todo donde estaba y me fui a mi cuarto llorando. No me lo podia creer, ¿y las entradas? ¿por qué me habia hecho esto? Sabía que era mi puto sueño y ni le había importado.
Entonces, escuché que la puerta de la habitacion se abría asi que corri hacia ella para empujarla y que nadie pudiese entrar. Era mi madre. “Ann, venga, déjame entrar. Solo quiero saber que te pasa” decía con una voz cálida desde detrás de la puerta. “¡CALLATE!” le grité. “Escucha, sé que estas enfadada, pero dejame explicarte..” “Mama no sé como has podido” le dije mientras soltaba la puerta y me dirigía a mi cama.

-Oye, sabes que es muy caro. No tenemos tanto dinero. – dijo.
-¿QUE? ¿DINERO? Las putas Vans cuestan por lo menos 75 euros, ¿y la nikon? JODER MAMA ES UNA PUTA CAMARA NIKON, CUESTA UNA PASTA.– Le reproche queriendo conseguir algo.
-No intentes culparme. Yo no tengo la culpa de nada. Si ese niño pon..
-Ten cuidado con como lo llamas– le dije al instante.
-Bueno. Si Justin pone las entradas tan caras a la venta, yo no tengo la culpa de no ser rica, y eso lo tienes que entender. – me explico intentando ponerme alguna excusa barata.
-Mamá, cállate la boca. Quiero estar sola.

Y mi madre desapareció del cuarto. Supongo que lo entendería. Supongo.

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